Heredera divorciada Novela de Juliany Linares

Chapter 33



Chapter 33

Se acercan los problemas.

Paul tomo asiento dejando el tema inconcluso, cuando los invitados comenzaron a llegar, sin embargo, no podía dejar de pensar en

sus palabras

Lo único que podia hacer para “cerrar” aquel ciclo, es hablando con Alexander, pero, no tenia nada de qué hablar con él que no fuera sobre Tristán, y sinceramente, moria de miedo.

Michelle llegó a la mesa, diez minutos después de haber abandonado el salón de eventos, frunci miceño al ver su casi inexistente

sonrisa, después de estar toda la noche con cara de pocos amigos.

Preferi no darle importancia a la Sra. Boyer y escuché atenta el discurso de bienvenida y agradecimiento de los anfitriones del

evento, dándole paso al brindis. Con una sonrisa de oreja a oreja, choqué mi copa con todos y cada uno del equipo Doinel.

Disfrutė del dulce sabor afrutado del espumoso champagne, antes que mi asistente apareciera en mi campo de visión. This belongs © NôvelDra/ma.Org.

– Sra. Sarah, es el momento adecuado para saludar a los representantes de las marcas interesadas en colaborar con Doinel, usted digame por dónde comenzamos, tengo la lista preparada. – Jack apareció a mi lado con su traje impecable y su copa de champagne en la mano, asenti con mi cabeza mientras dejaba micopa sobre la mesa.

– ¡Claro! Comencemos ahora mismo. Vuelvo en un momento, Paul, -le avisé a mi acompañante, antes de levantarme de mi asiento con sutileza.

– Mucha suerte, Sari. -dijo Paul acomodándose en su silla y le respondi con una sonrisa.

Me giré hacia Jack, para visualizar el ambiente y buscar con la mirada a los candidatos que me sorprendieron realmente con sus

diseños de esta noche.

– Qué le parece si empezamos por… — dejé la palabra en el aire cuando mi padre intervino, llegando hasta mi lado.

– Por favor, Jack, ¿podrias esperar unos minutos antes de comenzar con el trabajo? Me gustaria bailar esta pieza con Sarah, es mi favorita, espero que no le moleste, no será mucho tiempo. -dijo mi padre con una sonrisa de oreja a oreja, mientras me ofrecia su

mano.

Lo miré sorprendida y negué ligeramente con mi cabeza, haciéndole saber que no estaba de acuerdo con bailar esta noche, aún así,

se mantuvo firme y supe que no habia nada que lo hiciera cambiar de opinión, el bailaria con su hija si o si.

– Por supuesto que no es molestia, Sr. Doinel, es toda suya. La estaré esperando Sra. Sarah. – respondió Jack, dando un paso hacia atrás para dejarnos el camino libre hacia la pista de baile donde ya se encontraban otras parejas bailando al ritmo de aquella melodiosa pieza de piano y violin en vivo.

Resignada, tomé la mano de mi padre y me dejé guiar por él.

– Hace mucho no bailo este tipo de música, creo que he perdido la práctica, espero no hacerte pasar vergüenza. -bromee al llegar

al centro de la pista de baile, a una distancia prudente de las demás parejas.

–Pero qué cosas dices, no te hace falta práctica, has heredado el buen par de piernas para el baile de tu madre, además, no me

importaria hacer el ridiculo si es con mi Sari. –mis mejillas se ruborizaron por las lindas palabras de mi padre y no tardó en posar su

mano en mi cintura para dar inicio a nuestro baile.

Mire sonriente el rostro de mi padre, mientras nos balanceamos de un lado a otro al ritmo de la suave música. Hace años no bailaba

con mi padre y adinito que volver a hacerlo me llenaba de alegria, me hacia recordar aquellos tiempos en los que me enseñó a bailar en su despacho cuando sonaba sus pie ras favoritas de piano.

Ahora, arios después, nos encontrábamos en un evento lan importante, compartiendo un momento especial que no me di cuenta

que habia echado de inenos.

Mi vestido ve balanceaba de un lado a otro con sutileza, mientras seguía los pasos de mi padre quien bailaba muy bien para su edad, hasta que realmo de la música aumento su velocidad, logrando que nii padre me hiciera girar sobre mis talones,

Hrantado que no le apiadas ni un poco a la Sra. Lancaster, no es la primera vez que te trata de esa mancia, ¿estoy en lo cierto? — e sono paciencypiruva y recondo las palabras de Amelia cuando nos encontramos en la entrada.

1A

rullmalt osung mlwna por laberte ocultade aquella información ami propio padre, perocs que, sabla que no le agradaria ni

un poco saber la manera que fui tratada por esas personas en el pasado, preleri guardarlo para mi antes que se decepcionara por lo tonta que fui, y ahora, se habia enterado por su propia cuenta de aquello y comenzaba a arrepentirme por no sincerarme desde un principio.

No estaba nada bien guardarme esa información, pero, ¿que podia hacer al respecto? Nada. Solo me quedaba encargarme yo sola de cualquier ataque de parte de las Lancaster y hasta ahora iba por buen camino, de lo contrario, no se hubieran tomado la molestia llamarme para disculparse.

– Padre, ¿podemos dejar ese tema para después? Quiero disfrutar de mi primer evento tan importante al lado del mejor hombre que puede existir. – dije avergonzada por ser descubierta por mi padre, y de qué manera.

— Lo dejaré pasar solo por esta vez y porque tenemos una conversación pendiente al llegar a casa, hay muchos puntos que quisiera tratar contigo y no de la empresa precisamente. –me quedé en silencio porque ya sabia que el tema de conversación seria sobre mi exesposo y su familia. -¿Qué hay de Paul? Van a perderse después del banquete o eso fue lo que me contó un pajarillo, está haciendo un buen esfuerzo por agradarte.

-Sr. Doinel! Pero que entrometido está esta noche. -fingi estar indignada y mi padre soltó una risa divertida. -Paul me agrada. –

confese antes de volver a girar sobre mis talones.

– Sé que te agrada, pero no de la misma manera que le agradas a él. Solo te dire una sola cosa. Paul es un buen chico y no lo digo

solo porque es el hijo de mis mejores amigos, sin embargo, no te sientas presionada por aceptar ser su pareja, si no te nace el debe

respetarlo, no siempre tienes lo que quieres, y… Ay, no. Se acercan los problemas. –estaba lan concentrada tomando nota mental de sus

consejos, que me senti desconcertada cuando dijo aquello último mientras miraba detrás de mi.

Miré a mi padre con el cero fruncido completamente confundida y pronto supe a lo que se referia con aquello.

– Sr. Leonardo Doinel, Sra. Sarah Petit. Lamento mucho interrumpirlos después de un gran espectáculo, pero quisiera hablar con

ustedes sobre negocios. Lancaster Collection está interesado en la cooperación con Doinel. –miis pasos se detuvieron abruptamente al

escuchar aquella gélida voz masculina que me resultaba tan familiar, esa voz a la que una vez lui adicta y que ahora me resultaba tan

repugnante.

Sin querer, sujeté con fuerza la mano de mi padre, como si pudiera dejar de sentirme enfadada por su descarada presencia, y di

media vuelta encontrándome con sus ojos frios que mantenian cierto brillo, pero no dejaban de lucir prepotentes.


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