Capítulo 707
Capitulo 707
En la habitacién, Marisol estaba sentada en la cama de emergencias, con la cabeza baja y en silencio. Parpadeo levemente cuando él entré.
La enfermera habia traido los resultados de los examenes y se los dio al doctor, que estaba con el equipo médico. La manzana de Adan de Antonio se movia sutilmente, y sentia una nerviosidad que superaba incluso a la primera vez que habia entrado al quirdfano.
Si realmente estaba embarazada...
Las manos de Antonio, que estaban en sus bolsillos, se tensaron, y podia sentir su corazon latiendo fuerte y pesado. dentro de su pecho.
El Dr. Mendoza levanto la vista al oirlo y dijo con una sonrisa, “No es nada grave!” “Mi esposa...” Antonio traté de sonreir.Exclusive © content by N(ô)ve/l/Drama.Org.
“Es una reaccion adversa al medicamento!” Como ambos eran médicos, el Dr. Mendoza le paso directamente los resultados firmados, explicandole, “La Sra. Pinales tomo una lata de café helado esta mariana con el estémago vacio La cafeina es estimulante y aumenta el acido del estmago. Ademas, la cafeina reaccioné con los progestagenos del medicamento para la infertilidad que toma la Sra. Pinales, lo que caus6 una fuerte sensacién de vomito.”
Antonio apreté sus manos involuntariamente y tens6 la mandibula “; Medicamento para la infertilidad?”
Los resultados de la prueba, claros y detallados, mostraban los medicamentos y sus efectos farmacoldgicos. Sentia que sus pupilas se contraian rapidamente, casi como si quisiera perforar el papel con la mirada.
“Sil” afirmé el Dr. Mendoza asintiendo y se gird hacia Marisol en la cama de emergencias para aconsejarle, “Sra. Pinales, tenga mas cuidado al tomar el medicamento para la infertilidad en el futuro. Bebidas como café y cola deben consumirse al menos media hora después para evitar efectos toxicos secundarios. En casos graves, puede causar hemorragias o perforaciones estomacales. Pero esta vez no hay problema, no te preocupes, solo ten mas cuidado en el futuro.”
Marisol asintid, lanzando una mirada furtiva hacia Antonio desde el rabillo del ojo.
Desde que él repitid esa pregunta, se habia quedado en silencio, sosteniendo los resultados de la prueba y mirando hacia abajo, su mirada profunda e indescifrable.
“Es fin de semana, no hay muchos pacientes en la sala de emergencias y no esta muy ocupado, asi que descansa un poco mas aqui antes de irte, dijo el Dr. Mendoza, y después de una mirada rapida sobre ellos, afiadié con una sonrisa, *jUstedes son una pareja joven, por supuesto que no tienen prisa por tener hijos!”
Al ver que él no volvia a hablar, Marisol tuvo que intervenir, “Gracias, Dr. Mendoza.”
“No tienes por qué agradecerme!” respondio el Dr. Mendoza con una sonrisa y un gesto de la mano, “Antonio y yo somos colegas, y le estoy muy agradecido por la operacién cardiaca que le hizo a mi suegra. Sefiorita, si necesitas algo, ven directamente a la sala de emergencias y buscame.”
Era un dia fresco y soleado al mediodia, pero dentro del Cayenne negro parecia oscuro. Después de conducir desde el hospital privado hasta el complejo residencial junto al rio, freno bruscamente al llegar, dejando marcas de varios pies en el suelo.
Marisol, ain asustada, se agarré al cinturén de seguridad y tardé en reponerse. Oyo como la puerta del coche se cerraba de golpe y vio como la figura erguida de Antonio se alejaba rapidamente hacia el edificio.
Ella fruncié el cefio y desabrocho el cinturén de seguridad para seguirlo.
Igual que en el camino de regreso, el silencio llenaba el ascensor donde solo estaban ellos dos, sin que ninguno tomara la iniciativa de hablar. Tras abrir la puerta de seguridad y cambiarse los zapatos, entraron.
Marisol apenas habla desayunado, y lo poco que habla comido lo habla vomitado después. Ademas, se habia sentido muy mal después del alboroto en la sala de emergencias del hospital y ahora solo queria volver a su habitacion y cubrirse bien con la manta para descansar
Pero apenas habla dado medio paso arrastrando sus zapatillas cuando Antonio la agarré bruscamente por detras.
La fuerza era un poco fuerte, y podia sentir un dolor sorda en la mufieca. Marisol no pudo evitar la irritacion, “Aritorio, qué estas haciendo!”
Al girarse y encontrarse con esos ojos encantadores, capaces de seducir el alma, sintid un fuerte golpe en su corazon. Antonio la miraba con una mirada extrafia y helada, incluso su voz carecia de entonacion y calor, “No tienes nada que decir?” “4Qué puedo decir?” Marisol apretd los labios en una mueca.
Los encantadores ojos de Antonio se entrecerraron ligeramente, su agarre se fue endureciendo, y con voz grave preguntd, “4Qué es esto de los anticonceptivos de larga duracién?”
Al oir esas palabras, Marisol sintié que su estomago volvia a revolverse, aguantando las nauseas, respondi6 en voz baja. “zNo fuiste tu quien dijo que las pastillas anticonceptivas de emergencia son dafiinas? Por eso fui al médico a conseguir las de larga duraci6n.”
Al escuchar sus palabras, dichas con tanta firmeza, un fuego subito se encendié en la garganta de Antonio. ~Acaso esperaba que él la felicitara por eso?
Antonio sintid como si todos sus organos se retorcieran juntos. Cuando volvié a hablar, su voz se elevo un tono, “;No quieres tener hijos?”
Marisol se sobresalt6 con su grito. Hijos... ~No queria tenerlos?
En realidad, ya habia guardado esa botella de pastillas en una caja de metal en su mesita de noche, donde guardaba cosas cubiertas de polvo. Habia decidido no tomarlas mas, pero esa mafiana, al ver una foto que habia caido de su cartera, la sacé de nuevo sin pensar y se tomo un café. Al final, la reaccién adversa a la medicacion la llevo a la sala de emergencias.
Bajo la mirada hacia donde Antonio, con la mano izquierda, apretaba su mufieca con fuerza, mientras que en la mano derecha colgante atin sostenia la cartera que habia usado para abrir la puerta de entrada con la tarjeta llave.
La sensacion de que tiraban de su corazon regreso, y ante Sus Ojos aparecié la imagen de la foto guardada en la cartera, donde él y Jacinta se abrazaban intimamente, y en el reverso, una declaracion en inglés que representaba el amor de toda una vida...
La palabra “quiero” en la punta de su lengua fue tragada con fuerza.
Marisol desvid la mirada, calmo todo lo acido y doloroso en su pecho y dijo con indiferencia, “Antonio, no olvides que nuestro matrimonio es solo un acuerdo. Una vez que pasen los cuatro afos, cada uno seguira su camino y disfrutara de su libertad. Nadie estara atado a nadie, jtener hijos seria irresponsable para ambos!"
Ese contrato todavia estaba junto con el certificado de matrimonio, recordandole el verdadero propésito de su unidn.
Tal vez desde el principio, ambos consiguieron lo que necesitaban con ese matrimonio de conveniencia. Ella no fue forzada, y mucho menos podria arrepentirse, pero si trajeran un nifio al mundo, jel riesgo seria demasiado grande!
Ella no se atrevia...
Después de que ella termino de hablar, Antonio la miré fijamente sin decir palabra, su rostro inexpresivo seguia siendo guapo, pero también algo temible para Marisol.
Sus miradas chocaban directamente en aquellos ojos encantadores, que parecian llenos de incredulidad y una ira ardiente como el fuego,
En el recibidor, el ambiente que rodeaba a ambos era tenso y a punto de estallar.
Cuando Marisol ya no podia soportar el silencio inusual de él, su voz baja y fria sond de nuevo, con una risa burlona, “Mi esposa, ¢en tus ojos nuestro matrimonio es sdélo un contrato?”
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